Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra
- Por: Hernán Felipe Currea Hernandez
- 5 dic 2015
- 2 Min. de lectura
“Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.” Isaías 45:22
Hoy quiero hacerte una pregunta ¿Cuáles son las cosas que consideran valiosas? Ciertamente no son las cosas que consideras simplemente especiales, o agradables, sino aquellas cosas que quizás son únicas y por tanto no hay otra igual y mejor.
Ahora te pregunto ¿Es Cristo tu único tesoro valioso? O ¿Acaso hay algo más valioso que él en tu vida? ¿Hay algo más especial que Cristo? ¿Hay algo mejor que el Señor?
En el versículo que encabeza este artículo el profeta Isaías está diciendo que Cristo es el único ser valioso en el universo, el más importante de todos, el mejor y único, y no hay ninguno otro como Cristo el Señor. ÉL es nuestro salvador, nuestro único salvador, pero ¿Cómo puede ser esto posible? con sólo mirar. Mira a Cristo y serás salvo.

(Foto tomada de internet)
Mirar, mirar, tan solo mirar. Es tan simple. Cualquiera sabe mirar, el Rey y el súbdito consiguen mirar. El pecador y el santo saben mirar. El grande y el pequeño pueden mirar. Y no creas que por ser joven no sabes mirar, sabes hacerlo, y puedes hacerlo. Mira a Cristo para que seas salvo.
Un día yo mire, y mis ojos quedaron prendidos en aquella cruz. Su sudor sangriento, las heridas de su cuerpo, la agonía del ser divino que pagaba hasta el último castigo que yo merecía, hicieron que mi corazón quedara encadenado con el suyo. Ese cuadro de mi sangrante salvador hizo nacer en mi corazón una continua oración: “Jesús, Jesús, toda mi confianza está en Ti, Yo se que ninguna cosa buena que haga puede salvarme, sino sólo Tú Señor. Señor somete mi corazón, quiero vivir solo para ti, un cautivo voluntario tuyo quiero ser” Ahora solo quiero mirarlo a Él, Cristo es todo para mí. No hay nada más valioso que mi Señor.
Ahora nuevamente te digo que al igual que yo, tú también puedes mirar a Cristo, y Él, como lo hizo conmigo, te puede conceder la Gracia para que puedas ver que no hay nada más valioso que Él. Mira, mira, no hay ningún otro nombre debajo del cielo por el cual puedas ser salvo. Acaso ¿No son estas palabras maravillosas y libertadoras? Espero que puedas ver la hermosura de Cristo Jesús, y que Él sea el tesoro más valioso en tu vida, y que siempre desees mirar a Cristo Jesús, Señor nuestro.
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